Fui al menos 5 veces y nunca me crucé con personas a esa hora, toda esa inmensa vastedad era prácticamente para mi solo, solo se veía a lo lejos algún vehículo en una playa distante o algún ciclista pasar por el camino, aunque al amanecer nunca.
Entre las rocas de la playa que estaba conformada por cantos rodados y algunas algas que dejaba la marea había algunas aves playeras, todas muy difíciles de observar incluso estando al lado, la mayoría de las veces las veía solo cuando se espantaban de mi presencia, no obstante pude tomar fotos de algunas de ellas, con mucha precaución y una buena dosis de suerte.
Estas fotos corresponden a un ave migratoria, el playerito unicolor (Calidris bairdii), de los cuales había más de 50 o más estimo, dispersos en grupos de entre 3 a 10 ejemplares. La mayoría como conté antes salía volando, trataba de ubicarme en la playa cerca del agua para tener buena luz pero se me complicaba con las aves, hasta que aproveché que algunas se quedaban echadas para pasar desapercibidas, me tiré cuerpo a tierra y así fui avanzando lentamente hasta que uno se quedó quieto, logrando así fotos de cerca.
No fue la única especie que vi en la playa, luego compartiré otras que obtuve de la misma manera.
Apenas visibles entre las piedras |
Sobre las algas |
Sobre las algas secas |
Vista de la playa El Pozo |
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