El día 15 de octubre de 2018 amaneció nublado en San Martín de los Andes, con algunos pequeños claros en las nubes, de a ratos una casi imperceptible llovizna, así que decidimos salir del hotel y recorrer el camino que lleva hasta el paraje Hua Hum a orillas del lago Nonthué. Es un camino muy bonito que recorrimos todas las veces que fuimos a San Martín de los Andes, la primera vez en 2011 y de esa vez casi no hemos faltado ningún año.
Salimos de la ciudad y en la periferia tomamos la ruta provincial 48 que llega hasta el Paso Internacional Hua Hum, casi en totalidad un camino de ripio que esta vez estaba en perfectas condiciones, si bien suele estarlo a veces se forman serruchos y el paseo de convierte en partes en un traqueteo molesto.
Desde la ciudad hacia la cordillera el ecosistema va cambiando, pasando desde el ecotono bosque-estepa al bosque patagónico, con algún sector de selva valdiviana en la frontera con Chile. Lo primero que vemos de interés es la bajada hacia una recta de unos cuantos cientos de metros donde se puede divisar bien la roca de Trompul, también esta vez descendí del auto para fotografiar líquenes y farolitos chinos sobre los árboles.
RP 48
Roca de Trompul
Farolito chino (Misodendron sp), una planta epífíta hemiparásita
Es de destacar que si bien es parque nacional hay tramos donde hay actividad humana por residentes en su mayoría de comunidades Mapuche que habitan tierras ancestrales o que fueron reubicadas por el gobierno hace muchas décadas. Ya llegando al sector del bosque se comienza a ascender y luego descender en varios tramos, volviéndose el camino más sinuoso pero más entretenido para conducir, casi siempre bajo una frondosa vegetación arbórea de lengas y coihues. Luego casi a mitad de caminos bajamos al sector Yuco a recorrer senderos y llegar hasta la costa del lago; recomiendo ver Yuco (octubre de 2018).
Arrayán (Luma apiculata)
Luego de unos cuantos minutos, quizás una hora en Yuco seguimos hacia Hua Hum, pasamos varios arroyos de los cuales en uno me detuve a hacer fotos, luego finalmente llegamos a la hostería y el sector de descanso que está en ese paraje, donde se pueden ver siempre aves, tanto de ambientes más abiertos como otras de bosque denso en lugares con más árboles, también por estar a orillas del lago se ven aves acuáticas.
Con Agustina nos pusimos a tomar algunas fotos, luego yo me corto solo por entre los árboles pero vuelvo porque una llovizna intensa me mojaba la cámara a pesar que había cubierto el teleobjetivo con una bolsa de nylon para detenerse y volver a lloviznar intermitentemente.
Entre las aves que vi en los claros colonizados por rosa mosqueta u frambuesa había muchos diucones, todos ariscazos para la foto, luego otros comunes como chingolos y ratonas comunes, también vi tordo renegrido, cabecitanegra austral, remolinera común e incluso una fugaz vista de una codorniz californiana. a orillas del lago me entretuve fotografiando intensamente un pato que había visto solo una vez y hace dos años, desde muy lejos, el quetro volador; andaban dos hembra y un macho y para mi sorpresa se acercaron a cierta distancia con curiosidad.
Luego fui con Agustina que estaba con una gatita que se había acercado desde la hostería, a orillas del lago en ese momento se alimentaba de hierba tierna un casal de cauquén real que luego de varias fotos se fueron ahuyentados por dos cauquenes pendencieros, algo raro en esta especie, al menos para mi. De nuevo hicimos fotos de los quetro volador que fueron a la orilla a descansar, con el macho más confiado, no temían nuestra presencia seguramente acostumbrados a ver humanos.
Remolinera común (Cinclodes fuscus)
Codorniz californiana (Callipepla californica)
Tordo patagónico (Curaeus curaeus)
Chingolo (Zonotrichia capensis)
Bandurria austral (Theristicus melanopis) volando en la llovizna
Quetro volador (Tachyeres patachonicus)
Zorzal patagónico (Turdus falcklandii)
Berberis sp
Llovizna en el bosque
Cauquén real (Chloephaga poliocephala)
Quetro volador (Tachyeres patachonicus)
Después de unas fotos en el sector lindante a la hostería y el muelle, con algo de llovizna y un poco de cansancio fuimos hasta el puente donde el lago Nonthué finaliza y se convierte en río que desagua rumbo al Pacífico, solamente pude fotografiar un diucón que se fue a los pocos segundos. Después de unos minutos en el puente y observando el paisaje salimos hacia la ciudad pensando en el almuerzo, no sin antes con mejores condiciones climáticas detenernos en uno de los miradores desde donde se tenía una hermosa vista de la ciudad, las montañas y el lago.
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