sábado, 23 de febrero de 2019

De Lihué Calel a San Martín de los Andes (octubre de 2018)

En esta entrada hago un  relato de parte del viaje de vacaciones familiares a las que se le sumaron esporádicas  observaciones de aves y también de flora y paisaje.
Salimos del Parque Nacional Lihué Calel a las  9 AM con buenas condiciones climáticas y con mejor calidad del pavimento aunque todavía hay tramos en mal estado. Luego de casi 2 horas llegamos a Casa de Piedra, pasamos el embalse y cruzamos a la provincia de Río Negro hasta la próxima localidad y escala que era General Roca a más  de 100 km de distancia, atravesando una zona árida con un monte bajo de arbustos espinosos sin fin, solamente interrumpido por la vista a la distancia de las bardas del otro lado del Río Negro y el Alto Valle, con las verdes copas de álamos, manzanos, perales y otros frutales. Allí hice una escala para vender unas plantas de celidonia que cultivo en mi jardín a unas personas que se pusieron en contacto hacía un tiempo, las necesitaban por sus propiedades medicinales. Transitamos la atestada ruta  22 hasta Cipoletti donde compramos algunos comestibles para hacer un rápido almuerzo en el camino y esta vez tomamos el camino de circunvalación a Neuquén para esquivar el intenso tránsito que pasa por la ciudad en la ruta  22, la ciudad ha tenido un gran desarrollo económico y a pesar de que hay una autovía, la gran cantidad de vehículos y semáforos hacen de ella una travesía lenta.
Una vez que pasamos rápidamente por Neuquén seguimos rumbo a la bifurcación de rutas que lleva para un lado a San Carlos de Bariloche y por otro a Zapala, aunque por los dos caminos se puede arribar a San Martín de los Andes. Optamos por pasar por Zapala y disfrutamos de una vista encantadora del cordón del Chachil con sus cumbres nevadas que quedaban como un magnífico telón de fondo de la ciudad. La felicidad terminó pronto porque al tomar la célebre ruta  40 encontramos tramos muy deteriorados, intransitables que el año pasado no estaban así, seguramente afectado por las inclemencias del clima, en especial el hielo.
Ruta Nacional 22, en cercanías de Zapala con el cordón del Chachil al fondo
Transitamos dos tramos de varios kilómetros con una cinta asfáltica espantosa, los que nos retrasó bastante pero más adelante tuvimos unas buenas vistas de los cerros cordilleranos y sobre todo del volcán Lanín, aunque como es habitual esa región suele estar con cobertura nubosa en esta época del año, dentro de todo tuvimos suerte porque el tiempo empeoró y las condiciones no fueron muy buenas durante casi toda la semana. El volcán estaba parcialmente iluminado, en una ocasión dos huecos en las nubes lo iluminaban en la parte inferior de su ladera oriental y parecía estar en llamas. Ese volcán está en la frontera con Chile, así que a pesar de estar a 80 km de distancia podíamos ver al menos una ínfima fracción de suelo chileno.
Volcán Lanin (3776 msnm)



A eso de las 18 hs llegamos por fin a nuestro hospedaje que era Rincón de los Andes en la ciudad de San Martín de los Andes, no sin antes de disfrutar de las vistas ya conocidas y otras no tanto de una ciudad que es de las preferidas de nuestro país y que tanto afecto le tenemos.
Luego de desempacar y un baño reparador salimos a dar un paseo por la ciudad, para luego tomar un descanso reparador. Al día siguiente las condiciones eran buenas dentro de todo pero decidimos recorrer la ciudad y no andar en auto porque veníamos muy cansados luego de dos días de viaje, decisión que tal vez no fue la mejor porque el resto de los días en la ciudad fueron de alta nubosidad e incluso lluvia.
A pesar de las inclemencias disfrutamos en familia de paseos  y también de actividades en el hospedaje, en especial de la piscina climatizada que nos daba un tibio relax a pesar que afuera estaba muy fresco e incluso cuando llovía. Las temperaturas oscilaron entre los -2º y 10ºC, con viento como es normal en la Patagonia, en realidad no nos afectó mucho porque el pasado otoño e invierno fue más frío de lo habitual, solamente hizo unos días de 28 o 30ºC en nuestra casa mientras estábamos en el hotel, ya cuando regresamos volvieron condiciones inusualmente frescas para la época.
Algunas observaciones hice en el gran parque del hotel, que se llama Rincón de los Andes por estar una parte contra la ladera rocosa de un cerro que se llama Bandurrias. Las aves que vi este año no fueron tantas, me costó encontrarlas, quizás todavía en esta época no son tan asiduas por las condiciones duras, pero si estaban los infaltables de siempre que son los teros, bandurrias, chimangos y zorzales patagónicos.
Al día siguiente ya de llegar vi un nido de tero cuidado celosamente por los dos adultos de la pareja, como es normal en esta especie, miraban mucho hacia arriba por posibles depredadores, quizás con razón porque los huevos a los pocos días no estaban más, puede ser que una rapaz o algún animal cuadrúpedo los haya tomado. También hice algunas fotos los otros días y las incluyo en esta entrada para ilustrar de una vez todo lo que vi ese primer día en San Martín de los Andes.
Cabecitanegra austral (Spinus barbatus) macho

Tero (Vanellus chilensis) cuidando sus huevos

Huevos de tero


Una de las aves que esperaba ver y que me gustan mucho son las bandurrias que no fallaron y vi casi todos los días, es increíble ver como un ave tan grande descienda volando en espacios pequeños y se pasee mansamente en los parques y plazas; en el hotel eran muy confiadas, no así los numerosos zorzales patagónicos que para mi sorpresa eran muy ariscos.
Zorzal patagónico (Turdus falcklandii)

Bandurria asutral (Theristicus melanopis)


Comesebo patagónico (Phrygillus patagonicus) comiendo semillas de una Asterceae


Vista del exterior de la piscina climatizada

Bandurria paseándose por el complejo


Cancha de paddle
Ese primer día de paseo que fue el domingo nos fuimos caminando unas pocas cuadras hasta la cercana costanera del lago Lácar; yo por supuesto no dejé la cámara en la habitación y vi algunas pocas aves quizás por la crecida del lago a causa del progresivo deshielo en las cumbres, por ser domingo y haber bastantes visitantes y también por la ventolera y el aire fresco que llenaba los pulmones de aire puro, aunque en verdad no daba para quedarse mucho rato allí pero uno a pesar de todo estaba feliz de volver a esa tierra entrañable.

Gallaretas ligas rojas (Fulica armillata) y macá grande (Podiceps major)

Gaviota capucho café (Chroicocephalus maculipennis)

Pato maicero (Anas georgica)

Chimango (Phalcoboenus chimango)

Gallareta chica (Fulica leucoptera)

Durante esa semana vimos muchas cosas interesantes, en lo que respecta a mi varias aves que no tenía fotografiadas, eso será material para próximas publicaciones.

Temas relacionados
De Monte a Lihué Calel (octubre de 2018)
Parque Nacional Lihué Calel (12 y 13 de octubre de 2018)

No hay comentarios:

Publicar un comentario