domingo, 25 de agosto de 2019

Ruta de los 7 lagos (octubre de 2018)

A mediados de octubre disfrutando  de una semana de  vacaciones  en San Martín de los Andes decidimos salir hacia la ciudad de Villa La Angostura, recorriendo un tramo de la mítica ruta 40 conocido como camino de los 7 lagos, un trayecto de unos 120 km que atraviesa una de las partes más bellas del territorio nacional, un camino algo sinuoso con bellísimos paisajes, que atraviesa dos parques nacionales contiguos: el Lanín y el Nahuel Huapi. Hoy en día y desde hace pocos años está pavimentado de un extremo al otro.
El día se presentó no muy alentador, con algo de llovizna y nubes bajas que cubrían las cimas nevadas de los cerros circundantes, no obstante siempre es un placer hacer ese camino que ya transité varias veces.
No pude ver demasiadas aves aunque disfruté mucho del viaje familiar, solo en un punto había muchos pájaros, era el mirador Inalco que da al lago Nahuel Huapi ya llegando a Villa La Angostura, alguien había dejado gran cantidad de semillas que eran conumidas por un nutrido grupo de aves granívoras.
Pasando del PN Lanín al PN Nahuel Huapi

Cascada Vuliñanco


Tramo de la Ruta 40

Remolinera araucana (Cinclodes patagonicus) a orillas del Pichi Traful

Lago Hermoso

Tordo patagónico (Curaeus curaeus) comiendo semillas en el mirador Inalco
Ya en Villa La Angostura hicimos un breve recorrida por la ciudad, comimos en un restaurant y luego fuimos hasta el Parque Nacional Los Arrayanes, un pequeño parque que comprende la península de Quetrihué. Solo anduvimos por la parte del istmo que tiene poco más de 100 metros de ancho, donde hay un área recreativa y están las instalaciones y oficinas del pequeño parque famoso por su bosque puro de arrayán (Luma apiculata) en su extremo sur. Entre las aves había peutrén, ratona común, fio-fío silbón, zorzal patagónico, rayadito, remolinera araucana, picaflor rubí y picolezna patagónico; la mayoría andaba alto en el dosel o se escondía en el follaje, solo un puñado de fotos logré aunque no estaba específicamente de fotógrafo de aves sino disfrutando en familia del lugar.







Rayadito (Aphrastura spinicauda)

Quintral (Tristerix corymbosus)

Zorzal patagónico (Turdus falcklandii)

Quintral (Tristerix corymbosus)



Sendero en el bosque

Luego de disfrutar un tiempo de descanso y aire fresco a orillas del Nahuel Huapi en el istmo volvimos sobre nuestros pasos rumbo a San Martín de los Andes, no sin antes hacer otra parada en el mirador Inalco, concentrándome un poco más en las aves granívoras, obteniendo mejores resultados esta vez. Luego vinieron algunas panorámicas más de las que muestro en total unas pocas y finalizando un aguilucho común que era acosado por un carancho que lo sobrevolaba agresivamente; algunas de las aves que fotografié serán mostradas en otras publicaciones futuras, ahora solamente muestro algunas fotos para ilustrar el viaje.
Cabecitanegra austral (Spinus barbatus) macho


Cabecitanegra austral (Spinus barbatus) hembra

Comesebo patagónico (Phrygilus patagonicus)

Lago Correntoso

Aguilucho común (Geranoaetus polyosoma)


sábado, 17 de agosto de 2019

Laguna de Rosales

Continuando con la serie de entradas que muestran los lugares que visité a mediados de octubre hoy comparto una salida corta que hice con Gustavo  Castaing quien se ofreció a llevarme y recorrer un lugar cercano a San Martín de los Andes que desconocía su existencia, la laguna de Rosales.
Es un pequeño espejo de agua con 700 m de longitud en su eje mayor, situada en un valle entre elevaciones, rodeada de bosque. El camino estaba cerrado por una tranquera a la que le habían echado candado, así que tuvimos que entrar caminando unos cuantos cientos de metros, de a ratos con una leve llovizna. No estaba propicio para ver aves, que no eran muchas, no obstante algunas con el correr del tiempo fueron apareciendo.
Primero fuimos hasta la laguna, no se veía mucho, a lo lejos gallaretas, algunos patos overos, un coipo y un solitario macho de pato zambullidor grande que nadaba bajo la lluvia, siendo para mi la primera observación de esta especie, por lo que quedé contento.
Luego fuimos desandando el camino rumbo  a la camioneta de Gustavo, allí pudimos ver comesebos patagónicos, remolinera común y sobre todo peutrén y rayadito, logrando unas lindas fotos de estas especies que si bien conocía no tenía tantas fotos de ellos.
Puedo decir que fue una interesante salida con la amena compañía de Gustavo, que me sirvió para conocerlo a él y hacer un reconocimiento del lugar, que seguramente volveré a visitar en un nuevo viaje a esa región del país que tanto me gusta.
Comesebo patagónico (Phrygilus patagonicus)


Gaviota capucho café (Chroicocephalus maculipennis)



Pato zambullidor grande (Oxyura ferruginea)

Comesebo patagónico (Phrygilus patagonicus)

Peutrén (Colorhamphus parvirostris)

Rayadito (Aphrastura spinicauda)

Peutrén (Colorhamphus parvirostris)

Carpintero pitío (Colaptes pitius)
Remolinera común (Cinclodes fuscus)


lunes, 5 de agosto de 2019

Nieve primaveral en el cerro Chapelco

Al día siguiente de recorrer la zona de Hua Hum que mostré en la publicación anterior el clima empeoró y se mostraba con algo de llovizna en San Martín de los Andes, aunque habíamos escuchado que había nevado en las montañas. Mi esposa María Laura propuso de salir hasta el cerro Chapelco a una decena de kilómetros de la ciudad y llegar hasta las instalaciones del centro de esquí y ver si había nieve. Como somos de tierras más bajas y cálidas no estamos acostumbrados a ver nieve, incluso mi hija Agustina no la conocía, así que partimos hacia el cerro a media mañana. Cabe destacar que la nieve caída era escasa, el centro de esquí estaba cerrado por haber finalizado la temporada invernal que es cuando hay nieve profunda y se puede practicar deportes.
Ya saliendo de la zona que bordea al lago Lácar y subiendo nos percatamos que había más nieve de lo que pensábamos, incluso en casas solitarias a la orilla del camino aunque en lo personal pensé que al llegar al centro de esquí no veríamos nada interesante: por fortuna le erré en mi estimación, había nieve casi hasta la entrada, solo había que caminar por una pradera unos cientos de metros hasta la nieve. No vi muchas aves, la idea era estar en la nieve y ver lo que se podía del entorno, con el adicional que comenzaba a nevar mientras estábamos en la nieve. Pude fotografiar en esas condiciones teros, cachañas y chimangos, disfrutando mucho de los teros que estaban relativamente fáciles y de las cachañas porque son loros que me gustan y solo había visto pocas veces con anterioridad. Otra cosa que me puse a fotografiar y de lo que no tenía fotos a pesar de haber estado muchas veces en la zona es de farolito chino (Misodendron punctulatum), una especie de epifita hemiparásita muy común en aquellos bosques.
Cachaña (Enicognhatus ferrugineus)


Tero (Vanellus chilensis)

Chimango (Phalcoboenus chimango)

Misodendron punctulatum



Algunas del entorno del cerro Chapelco mientras nevaba.







Agustina y Laura


Bajando el cerro por el camino de acceso y no muy lejos de la ruta  40 algunas aves merodeaban matorrales a orillas del bosque, pude ver diucón, rara, carpintero bataraz grande, zorzal patagónico y cabecitanegra austral.
Cabecitanegra asutral (Spinus barbatus)


Carpintero bataraz grande (Veniliornis lignarius)
Al día siguiente las condiciones eran menos favorables, incluso hacía más frío, decidimos volver para ver nieve nuevamente y no falló la intuición porque durante la noche había caído un poco más. Pude obtener numerosas fotos de los teros a muy corta distancia, material que compartiré en un futuro no muy lejano, solamente muestro una foto. Si bien estaba más nevado no disfrutamos mucho porque la nevada que había de a ratos se convertía en aguanieve o incluso lluvia, así que no subimos tanto y volvimos al poco tiempo hacia la ciudad a condiciones más agradables y a disfrutar de la piscina climatizada.